Erase una vez una estrellita con ojos verdes que aunque tenía muchas ganas de enamorarse no lo conseguía.
A lo largo de su vida había tenido muchos pretendientes pero él siempre se fijaba en el dulce equivocado. La única vez que se enamoró (de verdad de la buena) fué de un tronquito de pica-pica pero estaba casado y tenía una par de tronquitas. Aún así enloqueció de tal forma que sufrió más de lo que su orgullo le permitía.
Intentó olvidarle refugíándose en mini-pies y bolitas dulces pero después de saborearlos se cansaba y les dejaba marchar.
Conoció nubes, helados, ositos, regalices y conguitos (estos últimos escondían un tremenda sorpresa) pero ninguno de ellos le hicieron feliz . Llegó a preocuparse porque realmente no sabía que quería, que necesitaba.... y poco a poco su luz se fué apagando dejando de buscar y esperando la llegada de una sabrosa galleta de chocolate. El chocolate siempre fué su debilidad porque era lo único que le produciá calambres cuando se lo comía.
A veces se pregunta porqué le gustarán tanto los dulces con lo dañinos que son para el estómago pero cada vez que decide dejar de comerlos aparece un donuts y se lo zampa.
El próximo 22 de enero mi sobrino cumplirá 11 años. Como he comentado alguna vez en anteriores entradas, ya es todo un hombrecito. El pasado Domingo fuimos al Corte Inglés de Preciados para comprar su regalo:”The New Super Mario Bross para Wii”. No está acostumbrado a ir al centro de Madrid, sus padres son más de llevarle a grandes superficies de ocio con bolera, cine y tiendas… una pena!
Ya en el metro me fijé que observaba todo con gran curiosidad y apenas hablaba. Durante el viaje mantuvo apoyada su mano sobre mi pierna; lo suele hacer cuando se siente algo inseguro o ante lo desconocido; necesita el contacto humano para sentirse cómodo.
En una de nuestras conversaciones me dijo que solo le quedaba un año para llegar a la pubertad y que hasta los 16 años estaría insoportable. A mí me entró la risa y le comenté que no se preocupara que todos habíamos pasado por eso y que no era tan malo como lo pintaban (…este no sabe lo que le espera…. Pobre!)
Le dije que a esa edad empezaría a gustarle las chicas y que seguramente se enamoraría de una niña bien guapa. Él negaba con la cabeza y decía que no se iba a enamorar nunca ( Ainsssssss, ingenuo… no vas a sufrir tu ni nada….!). Aseguró que él quería ser como sus tíos ( Es decir mi hermano y yo) que ninguno tiene novia (… si tu supieras…) y que pensaba comprarse un chalet con tres amigos más del “cole”, con piscina, sala de cine y muchos juegos para la Wii.
Cuando le dejé en casa con sus padres analicé nuestra conversación y me dio por imaginar como será su adolescencia, como vivirá sus primeros amores, si tendrá confianza para contarme sus preocupaciones e inquietudes. Tengo muchas ganas de vivir esa etapa de su vida y de seguir riéndome con sus ocurrencias, es más majo...
Este fin de semana tan soleado no podía ser desaprovechado, así que decidí ir con unos amigos a caminar.
El paseo empezaría en Canencia y terminaría en La Morcuera, 15 kilómetros andando y disfrutando de buena compañía y una vistas impresionantes.
Ocho amigos y una perra adorable que no se despegó de mí en todo la ruta, claro que fuí el único que hizo caso a la pobre, le daba galletitas con chocolate a escondidas para que los dueños no me regañasen, le tiraba un palo con fuerza para que se entretuviera y me dejaba pringar con sus babas ....
Lo mejor de todo fué llegar a La Morcuera y poder descansar a orillas de un río, donde después de comerme mi ansíado bocata de tortilla con taquitos de pavo, me eché una siesta escuchando el píar de los pajaritos.
La vuelta a Canencia se hizo larga después de tantos kilómetros caminados pero como siempre, el esfuerzo mereció la pena y si no me creéis mirad las fotos...
Once upon a time, un apuesto, atractivo y bello jovencito ( o sea yo) que para pagarse los estudios universitarios pasó por diferentes cutre-trabajos donde fue explotado, mal-pagado y hasta acosado (esto último no estuvo tan mal…jeje).
Mi primer trabajo fue el BUZONEO, el cual me permitió sacar un dinerillo para ir a las discotecas de moda y echarme los primeros bailes sin ningún tipo de control, estilo ni ritmo.
Los siguientes cuatro años trabajaría en TELEPIZZA estirando masas. Menuda maña me daba… las lanzaba al aire, las hacía girar sobre mi cabeza e incluso estiraba dos a la vez. Tenía mi pequeño público frente al cristal ( normalmente niños) que se quedaban flipados observando mi habilidad y que salían corriendo cuando tiraba contra el cristal un puñado de harina…jeje…
A las 6.30 de la mañana tenía que estar en la estación de Carabanchel en pleno invierno para empezar a repartir el periódico gratuito “EL METRO” aunque lloviera, helara o granizara. Qué horror! Creo que ha sido el peor trabajo de mi vida…. Millones de personas hacían una cola interminable y mi agilidad de muñeca (propia de la edad) me ayudó bastante a enfrentarme a esos seres sin escrúpulos que sin darme los bueno días, exigían su información diaria.
Después pasaría por Vodafone, Carrefour, Midas e incluso pondría copas en algún que otro evento puntual.
En “CORREOS” me encantaba salir a la calle con mi carrito cargado de cartas y recorrerme el Barrio de Salamanca. Con el tiempo me llegaron a conocer en la zona y cuando lo dejé me dio mucha pena despedirme de todos ellos.
Un portero llegó a acosarme un poquitín y como no soy nada asertivo (vamos que no sé decir NO….) pues eso, que me daba unos repasos que hasta acabé cogiéndole gustillo. Todos los días me esperaba ansioso con un bombón, una pastita o caramelo y después de preguntarme muy educadamente si quería uno, me lo metía en la boca y yo como un gili me dejaba… ains… cuando aprenderé…!
Y después de este rollo que os acabo de contar os dejo para ir a cenar. Debido al estado crítico de mi nevera ayer tuve que cenar una triste lata de berberechos… pero hoy me he dado un caprichito: una SUPER PIZZA…. por eso de rememorar viejos tiempos… mmmmmmmmm
En Estados Unidos, varios periódicos locales cuentan que April Magolon, una joven de 27 años, ha puesto una demanda en contra de Disney World porque el Pato Donald supuestamente abusó de ella cuando visitaba el parque con su familia. Según la versión de la chica, le pidió a Donald que le hiciera una fotografía y éste le tocó el pecho y le hizo “gestos como simulando que no había hecho nada”. Aseguró que desde entonces, sufre “estrés post traumático”.
Ayer observaba a mi sobrino mayor mientras veía la televisión. Tiene diez años, ya es todo un hombrecito y siempre me ha parecido un niño demasiado serio y pensativo. Quise recordar como era yo a su edad y es curioso porque me vino a la cabeza algo que creía ya olvidado.
Tendría más o menos su edad cuando mi madre decidió llevarse a mis tres hermanos al pueblo y dejarme a mí con mi padre. No sé porqué no me llevó con ellos, nunca se lo pregunté.
Mi padre siempre me dio miedo, aún así tenía sentimientos encontrados hacía él porque le quería mucho, le amaba con todas mis fuerzas. Era (y supongo que seguirá siendo) ebanista y ese fin de semana lo dedicaría a remodelar nuestras habitaciones. Mientras él trabajaba la madera yo me entretenía observándole, me encantaba. Recuerdo intensamente el olor a barniz y a cola, como disfrutaba curioseando dentro de la caja de herramientas (había tantas cosas…), ver el serrín suspenderse en el aire….etc
Una mañana me pidió que le ayudara y aunque no me sentía capacitado para llevar a cabo la tarea le dije que lo haría. No quería decepcionarle, para una vez que contaba conmigo…Estaba tan emocionado y nervioso que escuché con atención sus explicaciones.
Solo tenía que pasar un taco de madera con fuerza sobre un tablero que había sido fijado con cola en la pared para que se pegara. Me dediqué a mi labor con suma dedicación durante mucho tiempo… descansaba y al rato volvía al trabajo sintiéndome útil y buscando su reconocimiento.
Pero un despiste hizo que todo el trabajo se fuera al traste porque pasé el taco por el lado equivocado ya que había un clavo y cuando quise darme cuenta había rayado el tablero recién puesto.
No sabía que hacer, me sentía tan mal … como había podido ser tan torpe…?Cuando mi padre entró a la habitación y vio el destrozo corrió hacia mí y me dio una hostia que me tumbó. Pero eso fue lo que menos me dolió porque lo que realmente me hizo llorar fué haberle decepcionado, haber estropeado nuestro fin de semana, el no poder mirarle a la cara, por sentirme tan pequeño…
Viendo a mi sobrino y recordando lo que narro, me doy cuenta de la fragilidad e inocencia de un niño, de lo vulnerable que pueden llegar a ser, de la necesidad de cariño que inconscientemente piden y de lo fácil que es hacerles daño. Por eso necesito ver a mi sobrino sonreír y cuando le noto tan apagado y silencioso me pregunto que estará pensando…
Código del móvil, contraseña de la tarjeta de crédito, de débito, de mi portátil, de la cuenta corriente, para gestiones bancarias online, del portero automático, de la fotocopiadora y del ordenador del trabajo…
La dirección de correo de Hotmail, gmail, yahoo y la de empresa con sus respectivas contraseñas; Facebook, blogger, Messenger, página de contactos …
Me paso todo el día recodando contraseñas absurdasy códigos sin sentido para cualquier gestión que hago. Por qué lo complicamos todo tanto?
Mi cabeza no puede retener ningún dato más ( sólo algún número de móvil que otro..jeje).Recuerdo que hace un par de años dejé el coche en doble fila durante unos minutos para sacar dinero de cajero automático.
Cada vez que quería arrancarlo tenía que introducir un código numérico y era tan habitual su uso que lo hacía inconscientemente. Ese día fuí incapaz de recordarlo, mi coche estaba mal aparcado y cuanto más quería recordar, mi cabecita más se bloqueaba. Encima solo podía probar un máximo de tres veces y si me confundía tendría que recurrir a la grúa.
Que agobio! Finalmente tuve que llamar a casa y movilizar a toda la familia para que buscara el código. Hubo suerte pero el dolor de cabeza me acompañó el resto del día. No somos nadie! Jaja.
Quedan exactamente 8699 horas, 21 minutos y 26 segundos para la llegada del2012. Parece mucho tiempo, pero en breve llegará Semana Santa, el verano y cuando queramos darnos cuenta estaremos despidiendo el año. Así que no hay que perder tiempo, coged aire porque esto solo acaba de empezar…
365 días (ya algo menos…) para hacer nuevos amigos, viajar, ir al cine,y enamorarnos (en mi caso y conociéndome puede que suceda una decena de veces por lo menos…) y como este blog es un poco indiscreto os enteraréis de todo.
2010 no ha estado del todo mal porque solo me he enamorado 3 veces, así que no he sufrido mucho. Ninguno de los tres fueron correspondidos (o casi ninguno…) pero mi corazoncito lo vivió tan intensamente que en algún momento pensé que explotaba. También he hecho alguna que otra locura por amor… quien me iba a decir que actuaría como un adolescente al ocultar mi número de móvil para escuchar la voz de una persona a quien echaba de menos….
… 2011 no ha empezado muy bien en ese sentido, cupido me tiene un poco de manía porque hace un par de años me porte mal con él y es muy rencoroso. Aún así creo que es un buen año para hacer las paces…. ¿Querrá ese monigote con alas hacerme un poco de caso?
Un amigo mío dice que tengo miedo al compromiso y que pongo muchas barreras a la hora de conocer gente y posiblemente lleve razón aunque pueda parecer contradictorio. Cupido y mis inseguridades han hecho piña y lo están complicando todo... pero no saben que con Ut no se juega (je,je) y si el año pasado me propuse dejar de fumar y lo conseguí, este año mi proposito será dejarme llevar y DISFRUTAR!
