REALIDAD O FICCION?

Basta que lleves tiempo detrás de alguien para darte cuenta de lo fácil que es perder la dignidad y sin apenas darte cuenta. No sé quien dijo que el “amor” es ciego pero llevaba mucha razón y por causa de esta ceguera acabamos haciendo cosas que en un estado anímico normal ( es decir, sin estar “gilipollescamente” enamorado) harías bajo ningún concepto, es más, sería lo último que recomendarías a tus amigos y en caso de ignorar dichos consejos, les caería una buena bronca.

Tener ilusión es bonito e incluso necesario pero muchas veces es engañoso y el principal culpable de ver reacciones y comportamientos diferentes a las reales. Una simple sonrisa de la persona por la que sientes ilusión puede transformarse erróneamente en un “me gustas”, un roce casual en un “te deseo” y una palabra bonita en un “te quiero”. Quizás la necesidad de sentirte correspondido magnifica esta simbiosis inexistente que se convierte en decepción en el mismo momento en que empiezas a notar un alejamiento que a veces justificas con decenas de excusas sin sentido, pero que el tiempo te hace ver que estabas confundido del todo.

Desplantes, malentendidos, noches sin dormir, preguntas sin respuesta invaden tu día a día convirtiéndose en parte de la rutina hasta que el tiempo hace que olvides lo que podía haber sido una bonita historia de amor.

... y cuando por fin entras en razón y te das cuenta de lo equivocado que estabas, de nuevo aparece la persona en discordia para volver a crear esa ilusión que puede ser real o fruto de nuestra propia imaginación o necesidad... la historia de nunca acabar!