sábado, 26 de septiembre de 2009

DOS TESOROS

Ayer fuí a recoger a mi sobrino Víctor de nueve años al colegio. Al ser Viernes y no tener que hacer deberes, estuve con él en el patio durante un par de horas con el fin de jugar un rato con sus amigos mientras que yo leía un libro.

Problema: Quería jugar al futbol pero nadie había llevado un balón.
Solución: Mi sobri quiso convencerme para coger un balón que se había colado días antes en unas obras cerca del colegio. Propietario del balón: desconocido.
Ante su insitencia : “Anda tío, déjame, por favor déjame, déjame, anda, anda, me dejas??? , me dejas???? A que sí? Verdad?.... entonces, me dejas, me dejas???????, yo cedí.

Nos acercamos a la valla de la obra, Victor estaba nervioso, era la primera vez que tenía la oportunidad de salir de lo formalmente establecido y dejarse llevar por la aventura para conseguir su tesoro. Le temblaba la voz, se sentía inseguro pero ilusionado. El resto de los niños le miraban desde el colegio en silencio, pensativos, ingenuos….

Yo levanté la valla para que él pudiera pasar por debajo; puse todo mi empeño pero aún así, la abertura era tan pequeña que tuvo que arrastrarse por el suelo pegándose en su pequeño cuerpo todo tipo de hojitas, colillas y chicles.

Una vez al otro lado, respiró hondo, empezaba su aventura. Tuvo que atravesar matorrales imposibles, escalar escombros y esquivar la feroz fauna que habitaba en esa zona y que ansíaba la llegada de una nueva presa. Luchó con valor y esmero hasta llegar a su objetivo, el esférico; Una pelota hermosa, dorada y que desprendía tal belleza que en un instante consiguió embelesar a nuestro pequeño pero valiente héroe.

La llegada al patio fue admirable, cientos de amiguitos coreaban su nombre entre la algarabía y los cánticos del populacho. Los niños más robustos le subieron a hombros y le pasearon por todo el colegio mientras que profesores, padres y director aplaudían emocionados….

…. Todo volvió a la calma y cuando se disponían a jugar al futbol con su preciado tesoro, una dulce niña, de ojos claros, con dos coletas y un encanto especial se acercó tímidamente a Víctor para decirle:

- Esa pelota es mía.. ¿ me la das?

Nuestro pequeño héroe no sabía que decir, no sabía que hacer… Los que anteriormente le habían agasajado, ahora le miraban con atención, callados….
Victor, con lágrimas en los ojos estiró los brazos y ofreció el “gran tesoro” a su mayor admiradora en ese momento…


Moraleja 1: “Da igual lo mucho que te cueste conseguir algo, siempre habrá alguien que te lo joda”.

Moraleja 2: “Dos tetas tiran más que dos carretas”.

Un saludo

Ut

3 comentarios:

  1. Jajajaajaja, me parto con tu entrada...

    Pobre Víctor, me le imagino cediendo su tesoro a la dulce niña, aunque el momento de gloria que había vivido nadie se lo quitará. Es más discrepo un poco contigo fijate, porque pienso que se ha convertido en un héroe para sus amigos futboleros y en un héroe para la niñita asi que seguro que esa noche durmió genial.

    Muchos besos

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  2. Jajajajaja, muy divertida tu post de hoy, y refleja la dura realidad a la que tu sobrino tendrá que acostumbrarse, que lo bueno, dura poco.
    Aún así, podría haber negociado echar un partido a cambio de salvar el balón, y luego devolvérselo.
    Pd: qué raro que la niña jugara con un balón en lugar de la barbie, esa niña promete. Viva el espíritu no sexista en los juguetes.

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  3. silver´smoon: estoy convencido de que Victor durmió como un bendito y seguro que hasta soñó con su princesita...jeje


    Adriano: eres un buen mediador, pero seguro que Victor se quedo mudo ante tanta belleza...

    Un saludo chico/as

    Ut

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