RECUERDOS

No tuve una infancia feliz. Un padre violento y una madre con cuatro hijos que dependían de su sueldo hizo que mis hermanos y yo vivieramos con miedo. Recuerdo momentos muy desagradables que no puedo borrar de mi cabeza.

Cuando llegaba la hora de su regreso a casa después del trabajo, cuando oíamos pasos en la escalera del portal o cuando sentíamos la llave introducirse en la puerta de entrada todo se paraba. Una sensación de desamparo, de inseguridad y miedo, mucho miedo nos dejaba petrificados en el sitio, esperando a ver que sucedería esa noche.

Soy el pequeño de cuatro hermanos, siempre me he sentido muy protegido por ellos, los quiero con toda mi alma pero ninguno de nosotros hemos sido capaz de hablar de lo que vivimos. Aún así sé que todos recordamos con sufrimiento gritos, escenas traumáticas y mucho dolor.

Mi adolescencia no fue mejor. Recuerdo no salir de casa por no dejar a mi madre sola; Los fines de semana los pasaba encerrado en mi habitación con la luz apagada y con la única atención puesta en la sala contigua donde estaban mis padres. Así podían pasar horas y horas hasta que me quedaba dormido o venía alguno de mis hermanos.

Una de las veces fuí yo el agredido, ya era un hombrecito, tenía 18 años y con un parte médico de lesiones decidí denunciarle. El día que recibió la notificación yo estaba con mis amigos y mi hermano tuvo que ir a buscarme para que no fuera a casa, estaba como loco, decía que me iba a matar. Aún así decidí ir, ya no le tenía miedo, era mi lucha personal, quería hacerle frente a pesar de las súplicas de mi hermano. Cuando llegué le miré con más rabia que él a mí. No pasó nada... solo hubo silencio, un silencio horrible...

A la mañana siguiente cuando despertamos vimos sus llaves encima de la mesa. Se había ido para no volver. Ese día cambió mi vida, recuerdo que la liberación que sentí no me dejaba respirar, por fin descansábamos, después de tanto tiempo....

Un saludo

Ut